Percepción egoísta del riesgo

Debido a la rápida expansión del virus COVID-19 dentro del territorio peruano desde el pasado domingo 15 de marzo, las autoridades han declarado al Perú en Estado de Emergencia Nacional, entre las medidas dispuestas están la cuarentena y el aislamiento social obligatorio para todos los que están dentro del territorio.

La realidad es preocupante, la amenaza latente ha hecho que todos se confinen en las casas y no se salga a la calle salvo a lo estrictamente necesario. Las advertencias de los expertos y de las autoridades son bastantes claras, sin embargo, una gran parte del colectivo sigue sin asumir la gravedad del asunto y se mantienen en las calles sin causa justificada. Las emociones, los prejuicios y los miedos a perder la estabilidad económica están filtrando la comprensión de la información de riesgo que manejan cada uno de los peruanos.

El mundo hasta hace pocas semanas se movilizaba con millones de seres humanos que organizaban y preveían sus acciones y metas para conseguir cierta tranquilidad, sin embargo, la situación actual rompe todas las expectativas y provoca profundos sentimientos de inseguridad y vulnerabilidad. El Covid-19 le ha recordado al ser humano su fragilidad y lo poco preparados que están para enfrentar un colapso de tal envergadura provocado por una amenaza de tipo sanitaria.

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En la última alocución presidencial se oficializó que, hasta este lunes 30 de marzo, es decir, en los primeros 15 días de la cuarentena, han sido detenidos más de 33 mil ciudadanos por no respetar el aislamiento social obligatorio. Aun cuando se trata de una medida preventiva para salvaguardar la salud y bienestar de todos, y que diversos países la han adoptado con resultados positivos, la actitud de algunos sigue siendo la de quebrantar el mandato. Ante la resistencia de la población contra la inmovilización obligatoria, registrándose ya 950 contagios y 24 muertes en el territorio, se ha decidido extender el horario del toque de queda, pasando de nueve hasta 13 horas en Lima​, y una duración de 15 horas en las regiones del norte y la selva del país.

Sin duda uno de los mensajes que el coronavirus está dando es que todos dependemos, en definitiva, de las acciones del conjunto social. Hay una errada observación egoista en cuanto a que la probabilidad de ser infectado es relativamente baja, ante ello los especialistas dejan claro que ese no es el problema, sino su impacto social, la velocidad de contagio hace que el virus se mueva en un espacio de tiempo muy estrecho, lo que puede hacer que el ritmo creciente de infectados sea muy superior al actual, lo que a la vez disminuiría radicalmente la capacidad de atención médica a muchos infectados.

Sin duda la mayoría de los ciudadanos está asumiendo y haciendo grandes sacrificios, cada uno en las circunstancias en la que esté. Se precisa un nuevo orden mundial, donde impere el compromiso, la conciencia humanitaria, la ciencia y la prevención. Claramente hoy los valores sociales son el catalizador de la comunidad, cumplir con las recomendaciones es decisivo.

Súmate al esfuerzo por controlar esta emergencia sanitaria, el Perú está en nuestras manos, sigamos las recomendaciones de nuestro Gobierno, quédate en casa”

Escrito por: Abg. Jessica Navarro

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